viernes, 28 de diciembre de 2007

Cuando un Rolls Royce no es suficientemente lujoso

A lo bueno se acostumbra uno enseguida. Pero cuando el dinero sobra, parece que hasta lo mejor acaba perdiendo cualidades. Y es que hay gente tan sumamente adinerada, que incluso un Rolls Royce le puede resultar falto de lujo y de glamour.

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Eso lo sabe muy bien Markus Ungerer, gerente de Mutec, la única empresa de tuning en el mundo autorizada por la propia Rolls Royce para personalizar sus coches.

Entre sus productos destaca el Rolls Royce Phantom 1100, el Rolls más largo que existe. Mide 1100 mm. más ( de ahí el nombre) que la versión “normal” (si es que a un Rolls se le puede aplicar ese calificativo) para poder albergar cuatro auténticos sillones que ya los quisiera yo para el salón de mi casa.

No es la única transformación que hacen. Cuando un cliente tiene dinero hasta el punto de no saber cómo gastarlo, ese cliente siempre tiene la razón en el fondo de su billetera. Y sus deseos se interpretan como órdenes.

Radiadores en oro macizo, blindajes a prueba de proyectiles (e insultos), bombonas de oxígeno para repeler ataques con gases tóxicos, iluminaciones interiores espectaculares e incluso ampliaciones del espacio del acompañante para hacer sitio a las largas piernas de la amante (antigua modelo) de un magnate ruso.

Alrededor de medio centenar de Rolls pasa anualmente por este peculiar quirófano. La mayoría provienen de los países árabes y de Rusia. Hasta 1,1 millones de €uros han llegado a pagar por una de estas operaciones de estética. ¡Más del doble de lo que cuesta un Phantom de serie!

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